UNA INVITACIÓN A LA REFLEXIÓN

Mañana será un día importante para todos nosotros. Llevaremos a cabo la lectura del MANIFIESTO de la forma prevista, aquí, en Pilar de la Horadada (Alicante) en estrecha unión con Manos Unidas.

Sabemos que el Manifiesto ha sido concebido para despertar la conciencia de los que ocupan altos cargos porque son los que pueden terminar con el hambre definitivamente, pero para completar el proceso de concienciación entre la población pilareña hemos elaborado unos folletos que se repartirán entre los asistentes y que hemos distribuido por diversos comercios de la localidad. A continuación os detallo, paso a paso, todos los datos que recoge el folleto.

Mañana volveré, con imágenes del Manifiesto y con todas las novedades que allí se vivan. Gracias a todos los que habéis hecho que este gran paso sea posible.

UNA INVITACIÓN A LA REFLEXIÓN

Una imagen vale más que mil palabras, pero reflexionemos juntos un momento: la fotografía de la izquierda pertenece a un niño del Tercer Mundo mientras que la de la derecha es de otro perteneciente a cualquier país desarrollado.

¿Por qué el niño de la izquierda se encuentra en esas condiciones de desnutrición?

Pensad que ninguno de nosotros hemos decidido nuestro lugar de nacimiento ni hemos elegido los padres o la familia que nos ha tocado en suerte, pero es obvio que somos privilegiados respecto a otras personas de otros países en desarrollo cuyo único "delito" ha sido algo tan sencillo como "nacer" allí, por lo tanto, debemos luchar por sus derechos y evitar mirar hacia otro lado.


HOY MÁS HAMBRIENTOS QUE AYER

Erradicar la pobreza extrema y el hambre es el primer objetivo de desarrollo del milenio y sin embargo desde el año 2000 en el que fue proclamado, los hambrientos no han hecho nada más que aumentar: 100 millones en los últimos dos años.
Detrás de estos seres humanos abocados a la exclusión y al hambre hay situaciones estructurales que condicionan la realidad y que hay que cambiar para que puedan vivir con dignidad. Las políticas de desarrollo equivocadas, promovidas por los países ricos en base a sus propios intereses, la corrupción política o económica que deja a los ciudadanos de los países empobrecidos sin ninguna protección, las leyes de comercio internacional injustas, las deudas externas, las situaciones de conflicto o violencia permanente, la marginación social y familiar de la mujer, son entre otras algunas de las causas de esta situación.
Acabar con el hambre no es cuestión de producción ya que nuestro planeta produce suficiente como para mantener al doble de la población que vive sobre él.
Para acabar con el hambre es necesario ir a sus verdaderas causas y provocar un cambio que vaya desde los organismos internacionales, nacionales y a cada persona. Es necesario cambiar el egoísmo y la insolidaridad que impregna el desarrollo de los países más ricos; la explotación de los recursos de los pueblos; el acaparamiento de los bienes esenciales por unos pocos, los hábitos de consumo y de derroche de una parte de la población más acomodada, el modelo de desarrollo y la cultura consumista de los países más desarrollados.
Desde hace 50 años, Manos Unidas y sus colaboradores vienen escribiendo una historia de solidaridad con los hambrientos y empobrecidos de la tierra. La misión de Manos Unidas es colaborar en el desarrollo de los pueblos y sensibilizar a la sociedad española para que se implique en esta noble y hermosa tarea.